¿Puede el yoga ayudar a combatir el insomnio?
Lamentablemente casi todos nos hemos tenido que enfrentar alguna vez al insomnio, por lo que explicar en qué consiste está de más. Sabemos de sobra lo molesto y lo desesperante que es verse privado de un descanso apropiado.
Las causas varían en cada caso, y aunque siempre hay que tener en cuenta que estas pueden tener que ver con desajustes hormonales, enfermedades metabólicas o reumatológicas, lo más común es que el insomnio se deba a un motivo o motivos externos que nos causan estrés y nerviosismo.
Es aquí donde el yoga entra en juego, pues está demostrado que practicar yoga ayuda a reducir el estrés de forma significativa. Existen, de hecho, rutinas concretas que nos enseñan a relajarnos y descansar mejor.
Efectos del yoga en el sistema nervioso.
En 2012 la revista Medical Hypotheses publicó un artículo escrito por un grupo de investigadores en el que se exponía el impacto que podía tener en nuestro cerebro practicar yoga.
El Dr.Chris Streeter, profesor de psiquiatría en la Universidad de Medicina de Boston, y su equipo basaron su estudio en el desequilibrio que el estrés causa en el cerebro. Este desequilibrio está relacionado con una baja actividad del GABA (ácido gamma-aminobutírico), un neurotransmisor presente en las neuronas del córtex cerebral, así como una baja actividad sistema nervioso parasimpático.
La práctica del yoga ha demostrado ser capaz de aumentar la actividad del GABA y del sistema nervioso parasimpático, lo que equivale a la reducción de los niveles de estrés y ansiedad, y por ende, a la mejora de la calidad del sueño.
Posturas de yoga para combatir el insomnio.
Las posturas o asanas más recomendadas para ayudarnos a dormir mejor son las invertidas y las de flexión hacia adelante.
Las posturas invertidas (como el perro boca abajo, la postura del arado…) nos ayudan a regular nuestros ciclos hormonales. Mientras que las posturas de flexión hacia adelante (como la pinza o la cigüeña…) relajan nuestro cuerpo y preparan nuestro organismo para el descanso.
No debemos olvidarnos tampoco de las técnicas de respiración yóguica. Un buen ritmo de respiraciones profundas contribuye en un porcentaje muy elevado a la relajación mental y corporal.
Rutinas de yoga para antes de acostarse.
Lo ideal es practicar yoga en un centro especializado con la supervisión de un profesor. Los profesionales nos ayudarán a evitar lesiones y a que nuestro cuerpo se beneficie al máximo de la disciplina. No obstante, se puede adoptar una rutina de posturas yóguicas que ayuden a preparar el cuerpo para descansar.
Para ello se deberá respetar un tiempo específico antes de irnos a dormir para realizar nuestra rutina. Lo ideal sería tener en cuenta e incluir en ella asanas invertidas y de flexión hacia adelante. También sería interesante concedernos unos minutos de meditación y respiraciones profundas.
Lo más probable es que no notemos cambios inmediatos después de la primera vez que realicemos la rutina. Para percibir los beneficios del yoga cuanto antes, deberemos convertirlo en un hábito. De esta manera, nuestra mente y nuestro cuerpo aprenderán poco a poco a relajarse antes de irnos a dormir.
El yoga como práctica.
Si no sales a correr a menudo, será muy difícil que puedas aguantar hora y media en carrera suave.
Con el yoga ocurre lo mismo; no podemos esperar percibir mejoría después de tan solo una sesión de yoga, o dos, o tres. Tenemos que convertirlo en una práctica cotidiana.
La problemática que queramos subsanar con el yoga (insomnio, estrés, ansiedad, baja actividad física) puede servirnos como motivador para empezar a practicarlo, pero es mejor adoptar esta disciplina en su conjunto, pensando y conociendo todos los beneficios que nos puede aportar.
El yoga consiste en unificar mente y cuerpo, y esto solo podremos conseguirlo día a día. El hábito será lo que finalmente nos muestre resultados.