El Yoga para familias es una de las mejores formas para fomentar el vínculo entre los padres e hijos, además de compartir en un ambiente relajado y diferente. Estas clases conjuntas favoreces la armonía y la unión familiar.
Además de los beneficios que podemos encontrar en la práctica de Yoga, practicarlo en familia favorece otros aspectos como:
- La creatividad y la espontaneidad.
- La comunicación emocional.
- La comunicación energética.
- Refuerza la imagen positiva que ambos tienen del otro.
- Potencia la armonía familiar.
- Trabaja la coordinación y la sincronización con el otro miembro de la familia.
- Amplia el conocimiento del uno sobre el otro.
En una clase de Yoga para familias, la prioridad va a ser siempre fortalecer el vínculo y la comunicación entre el niño y su padre/madre. Por ello, las asanas que se practican durante la actividad, están adaptadas a las edades y niveles de los miembros.
Gracias a las posturas en parejas, se consigue crear una comunicación corporal, verbal y emocional. También se realizan juegos y diferentes ejercicios para practicar la respiración, concentración, meditación relajación…
Al trabajar en pareja, se trabajan tres aspectos que luego pasan a formar parte del plano subconsciente. Éstos son:
- Posturas en la que los padres son la base o sujeción: En ellas se reforzará la seguridad de su hijo, la seguridad y el apoyo que sus padres suponen durante su desarrollo.
- Asanas en las que el hijo será la ayuda para que su padre o madre puedan realizar ciertas posturas.
- Ejercicios en los que ambas fuerzas deben estar coordinadas, buscando el equilibrio, de pensar en el otro y sobre todo, de confiar entre ambos.
En estas clases de Yoga, la expresión corporal es aún más importante que la verbal. Uno de los significados del Yoga es la unión, por ello, practicar Yoga juntos puede reducir la separación de distancias generacionales.